Contra el tren maya o por qué «los mayas, que inventaron el cero, no deben ser tratados como una cifra»
por Juan Pablo Anaya
«Los constructores del Tren Maya aseguran haberle pedido permiso a la tierra para comenzar sus trabajos, pero no cuentan con el de los pobladores de esa tierra, víctimas de sucesivos despojos.
En caso de construirse, los mil quinientos kilómetros de vía férrea tendrían un efecto ecológico irreversible y alterarían la vida de numerosas comunidades en cinco estados. Cuando Echeverría puso a Cancún en el mapa, acabó con una de las más grandes reservas de la biodiversidad. A cambio, llegaron el dinero y el lavado de dinero, efectos de un «progreso» que beneficia a consorcios internacionales. Al respecto, Claudio Lomnitz escribió con brillantez en La Jornada: «El Tren Maya es un proyecto desarrollista que le hubiera encantado a Miguel Alemán, Ruiz Cortines o Echeverría. Cierto que el presidente López Obrador ha dicho que en él no se tumbará ‘un solo arbolito’, pero esa declaración, que es rigurosamente falsa, destila el mismo menosprecio al tema ambiental que tuvieron sus predecesores […] Esos lugares recibirán a los más de cuatro millones de turistas del circuito. Para alojarlos, alimentarlos y entretenerlos habrá que construir hoteles, restaurantes, bares, discotecas, burdeles, lavanderías, misceláneas y mil otras cosas. No va a ser cuestión de proteger árboles donde pase el tren. Habrá que sacar agua de ríos y de mantos freáticos, derribar selvas, pavimentar milpas. El tren cambiará la vida de la región, como la cambió en su momento Cancún».
Sería esperable que un gobierno que aspira a ser progresista protegiera la reserva de la biósfera de Calakmul y respetara las iniciativas de las comunidades más pobres de la zona.
La carretera 199, que vincula San Cristóbal de Las Casas con Toniná, ofrece un ejemplo a escala de lo mismo. Es uno de los caminos con más topes de México por una razón sencilla: los pobladores desean que los automovilistas aminoren la velocidad para venderles chicles, refrescos o el acceso a un baño. El Tren Maya producirá un «progreso» parasitario de ese tipo (…)
Los mayas, que inventaron el cero, no deben ser tratados como una cifra.»
Juan Villoro, «Otro apocalipsis maya». La columna entera puede leerse aquí: http://home.elsiglodedurango.com.mx/noticia/1540340.otro-apocalipsis-maya.html