«Todo viviente, todo nacimiento, es, así, una reencarnación de la historia misma de la Tierra.» (Emmanuel Coccia)
«Nuestra vida comenzó por un acto de metamorfosis de la vida de otrx. Ser hijes significa sobre todo esto: convertirnos en agentes de metamorfosis de los cuerpos del prójimo. La metamorfosis no se detendrá jamás. No es un acontecimiento pasado e indisponible, sino el modo de vida de todo cuerpo viviente. Atravesar una metamorfosis significa poder decir «yo» en el cuerpo de otrx. Lo que hay en nosotrxs de más íntimo y más profundo, nuestra identidad genética, proviene de otrx, fue preparada por otrx. Haber nacido significa esto: no ser puro, no ser uno mismo, tener en sí mismo algo que viene de otra parte, algo extraño que nos impulsa a devenir extrañxs a nosotrxs mismxs cada vez. Transportamos en nosotrxs mismxs a nuestrxs padres y madres, a nuestrxs abuelxs, a los simios prehumanos, a los peces, a las bacterias, hasta los mínimos átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, etc. Todo viviente, todo nacimiento, es, así, una reencarnación de la historia misma de la Tierra.»
(Emmanuel Coccia tomado del muro de Vivian Abenshushan)