Hoy el calor es tan fuerte que los árboles altos y frondosos destacan en el paisaje: su sombra se siente tan acogedora como una casa; fuera de ella uno está claramente a la intemperie.

por Juan Pablo Anaya

Hoy el calor es tan fuerte que los árboles altos y frondosos destacan en el paisaje: su sombra se siente tan acogedora como una casa; fuera de ella uno está claramente a la intemperie. Es muy probable que la temperatura vuelva a elevarse el próximo año. Este catorce de junio de 2023 el asunto es palpable: los mismos rayos del sol que iluminan nuestro día, son aquellos que, si el calor sigue avanzando, llegarán a destruirnos. Un hogar es aquel que pliega las fuerzas del afuera (el calor, el frío, el viento, el agua, etc.) y las gestiona para que podamos aprovecharlas, en principio, en el cuidado de la vida. En última instancia, un hogar es también aquel que logra lidiar con las fuerzas del afuera de tal manera que estas no se desborden y nos hagan perecer. Quizá llegará el momento en que la sombra de los árboles nos parezca una compañía indispensable, una suerte de hogar a la intemperie. Aquel que nos permita volver a salir a pesar de lo amenazante que llegue a resultar el sol. Habría que sembrar pronto los brotes que podrán volverse el tronco, las ramas y el follaje de ese futuro.