La «grief», según Joan Didion

por Juan Pablo Anaya

Llevo varios meses pensando que la palabra grief del inglés no tiene una traducción equivalente en español. Parece referirse a alguna «pena» que llega a causar «aflicción» o «angustia» (distress). Uno de sus sentidos específicos, y del cual no encuentro palabra similar en castellano, según el Merriam Webster, tiene que ver en específico con la «aflicción» relacionada con la muerte de un ser querido (bereavement) o la imposibilidad de volverle a ver. Por ello, decidí traducir el primer párrafo del capítulo 19 de The Year of Magical Thinking, de Joan Didion, manteniendo la palabra en inglés:

“La grief es un lugar que ninguno de nosotros conoce hasta que llega ahí. Sabemos (nos anticipamos pensando) que alguien cercano a nosotros podría morir, pero no nos planteamos más que los pocos días o semanas inmediatamente posteriores a esa muerte imaginada. Malinterpretamos incluso la naturaleza de esos pocos días o semanas. Si la muerte es repentina, suponemos que nos quedaremos en shock. Pero no esperamos que ese shock sea arrasador, que nos trastorne tanto el cuerpo como la mente. Podemos suponer que nos quedaremos postrados, inconsolables, enloquecidos por la pérdida. Pero no esperamos literalmente enloquecer, convertirnos en una persona que espera que su marido vuelva de entre los muertos y necesite de sus zapatos. En la versión de la grief que nos imaginamos el modelo a seguir sería el de “la curación”. En ella un cierto movimiento hacia adelante prevalece. Los peores días, supuestamente, serán los primeros. Nos imaginamos que el momento que nos pondrá a prueba será el funeral y que después vendrá esa hipotética curación. Cuando nos anticipamos pensando en el funeral, nos preguntamos si acaso conseguiremos “superarlo”, si estaremos a la altura de la situación, si mostraremos esa “fortaleza” que invariablemente se menciona como la reacción correcta a la muerte. Nos anticipamos pensando que tendremos que encontrar fuerza para vivir ese momento: ¿seré capaz de saludar a la gente, seré capaz de salir de escena, seré capaz siquiera de vestirme ese día? No tenemos forma de saber que el problema no será ese. No tenemos forma de saber que el funeral en sí será anodino, una especie de regresión narcótica en la cual nos veremos envueltos en el cariño de los demás y en la gravedad y el sentido de la ocasión. Tampoco podemos conocer antes de que suceda la ausencia interminable que vendrá después, el vacío, que es justamente lo contrario del sentido, la sucesión implacable de momentos durante los cuales afrontaremos la experiencia del sinsentido mismo. Y aquí es donde reside la diferencia esencial entre la grief tal como nos la imaginamos y tal como en realidad es.”

Joan Didion, The Year of Magical Thinking, Vintage Books, 2005, pág. 189. Traducción Juan Pablo Anaya.