Estrategias (2a parte)

por Juan Pablo Anaya

Ultimas 4 (de 2,333.2) estrategias para propiciar lo cómico…

3. Las Irregularidades lingüísticas o inadecuación de palabras. Las modificaciones en la ortografía o quizá en la sintaxis de la oración pueden servir para buscar la risa del lector en función a esas convenciones gramáticas. Ahora bien, este mecanismo siempre funciona alrededor del significado de la propia oración (es decir, de su dimensión semántica). Lo mismo sucede con la invención de palabras con etimologías que resultan absurdas tanto al interior de los componentes de la palabra, como en el propio contexto de la oración.

4. Los juegos de palabras que se sostienen por medio de efectos fonéticos. Lo arriesgado de este recurso se encuentra en que el significado de las palabras se ve desplazado por la relación sonora que mantienen entre sí. Así, las premisas de un pensamiento incompatible se pueden unir con el pegamento que genera la propia rima.

5. Las comparaciones y las metáforas insólitas. Es un recurso similar al de la caricatura pero, como funciona por medio de los mecanismos de la metáfora, parte de una comparación. Cuando se trata de lograr una comparación insólita se busca que la similitud exagere o vuelva grotesco el rasgo que permite la comparación.

6. La yuxtaposición de elementos fantásticos. Podría incluso considerarse como una incongruencia conceptual, no obstante, es un recurso muy preciso que juega con la dicotomía realidad fantasía. Cuando el relato establece un escenario más o menos realista, las reglas del contrato de verosimilitud que delimitan lo que puede suceder en el texto, son cercanas a lo que se considera “el sentido común”. Cuando sucede algo inexplicable para ese sentido común, es decir, algo fantástico, surge el efecto humorístico.

En la próxima entrega intentaremos concluir esta larga discusión sobre el humor. Querido lector… anímese si es que se le ocurre un ejemplo.