Masculinización: una incapacidad de amar; una obsesión por vencer.
por Juan Pablo Anaya
«Los hombres [y las mujeres masculinizadas] (occidentales, al menos) no aman amar, sino vencer. Reina entre ellxs el desprecio y la ironía por las cosas del cuerpo sensual: los olores, el tacto, las secreciones, las músicas; llaman «artistas» a quienes de entre ellos se interesan. Pero los artistas son mujeres. Los hombres se sienten derrotados cuando aman. Prefieren las prostitutas cuya impasibilidad les protege. El gozo de una mujer es para ellos un enigma, porque no han encontrado los medios técnicos de producirlo de modo previsible y garantizado. (…) La gran asociación viril de la guerra y el sexo está ya en los Tratados de erótica chinos, que son igualmente Manuales de estrategia. Para el hombre el amor es un combate y lo que está en juego es su virilidad, es decir la cultura»
Lyotard, «Feminidad en la metalengua», 1976.