Qué tal si el “entre los dos”… fuera este ritmo, este experimento heredado de los embarcados en las aguas agitadas de la carne.
por Juan Pablo Anaya
«Lo más cerca que alguna vez llego Marx al antagonismo general fue cuando dijo “para cada cual de acuerdo con su habilidad, para cada cual de acuerdo a su necesidad” pero nosotros hemos leído esto como la posesión de la habilidad y la posesión de la necesidad. ¿Qué tal si pensamos acerca del experimento de la bodega del barco de esclavos como la absoluta fluidez, la informalidad, de esta condición de necesidad y habilidad? Qué tal si la habilidad y la necesidad estuvieran en constante juego y encontráramos a alguien que nos desposeyera a nosotros al punto en que este movimiento fuera nuestra herencia. Tu amor me hace fuerte, tu amor me hace débil. Qué tal si “el entre los dos,” el deseo perdido, la articulación, fuera este ritmo, este experimento heredado de los embarcados en las aguas agitadas de la carne y fuera la expresión que se pudiera sujetar al dejar ir la habilidad y la necesidad en constante recombinación.»
Fred Moten y Stefano Harney en «Los abajocomunes»