Una pequeña salud

por Juan Pablo Anaya

«¿Cómo es que combatiendo los embates de la locura, el escritor desbroza el campo para la lucidez hilarante? El orden del mundo puede devastar hasta la aniquilación a los que se abandonan dentro de su laberinto o puede ser reproducido ventajosamente por aquellos que, oficiando alguna variante del carcelero, del juez o del sacerdote, se empeñan en levantar todavía más las paredes del dominio. Entre unos y otros se ubican aquellos que, como el escritor, poseen una pequeña salud cuya fuerza los constriñe a enfrentar los muros del orden laberíntico y, hendiendo en ellos sus potencias creadoras, abrir intersticios que los resquebrajen para que los agujeros del lenguaje dejen pasar los vientos caóticos de la Vida.»

Crescenciano Tirado, aquí: http://www.revistas.filos.unam.mx/index.php/theoria/article/view/436/394