No hemos matado, desde siempre, más que a un muerto

por Juan Pablo Anaya

«Dios, muerto o no, el padre muerto o no, todo viene a ser lo mismo, puesto que la misma represión y la misma inhibición prosiguen, aquí en nombre de Dios o de un padre vivo, allí en nombre del hombre o del padre muerto interiorizado (…). En otros términos: Dios, el padre, jamás jamás han existido (…). No hemos matado más que a un muerto, desde siempre»

Deleuze y Guattari, Antiedipo