Se trata de un problema de amor y de odio, no de juicio, Deleuze sobre Spinoza
por Juan Pablo Anaya
«No tenemos por qué juzgar a los demás existentes, sino sentir si nos convienen o no nos convienen, es decir, si nos aportan fuerzas o bien nos remiten a las miserias de la guerra, a las pobrezas del sueño, a los rigores de la organización. Como ya dijera Spinoza, se trata de un problema de amor y de odio, no de juicio; ‘mi alma y mi cuerpo forman un todo… Lo que mi alma ama, lo amo yo también, lo que mi alma odia, lo odio yo… Todas las sutiles simpatías del alma innombrable, del odio más amargo al amor más apasionado’ (Lawrence). No se trata de subjetivismo, puesto que plantear el problema en estos términos de fuerza, y no en otros términos, supera ya cualquier subjetividad»
(Deleuze, Crítica y clínica, pág. 188).