Nunca me convenció la traducción del primer párrafo de «Del ritornelo» en «Mil mesetas». Aquí mi intento:
por Juan Pablo Anaya
«Un(x) niñx en la obscuridad, presa del miedo, se tranquiliza tarareando. Camina y se detiene al ritmo de su canción. Perdidx, se refugia o se orienta con su cancioncilla lo mejor que puede. La canción es como el esbozo de un centro constante y tranquilo, estabilizador y calmante, en el corazón del caos. Quizá le niñx da pequeños saltos mientras canta, acelera o aminora su paso. Pero es la canción la que es ya un salto: salta del caos a un principio de orden en el caos, a pesar de que se encuentra en riesgo de desintegrarse en cualquier momento. Siempre hay una sonoridad en el hilo de Ariadna. O bien el canto de Orfeo.»